El 25 de Enero de 1994 abrió sus puertas al público en museo de antropología e historia de San Pedro Sula, un museo regional privado y activo que intenta dar una idea del desarrollo cultural logrado por los diferentes grupos que han vivido en el valle atreves de los tiempos. El museo fue concebido por el centro de estudio precolombino e histórico de honduras, sociedad civil sin fines de lucro, que con la ayuda de numerosas personas, instituciones y empresas lograron organizarlo y darle vida.
Desde su inauracion hasta el momento el museo ha venido cumpliendo sus metas, entre ellas las de proteger el patrimonio nacional, educar y divulgar la cultura, fomentar la investigación, crear y reforzar una identidad cultural.
El museo se ubica en un edificio construido en 1952 por el arquitecto Héctor Bustillo Oliva, que durante años fue sede de la escuela Francisco Morazán, actualmente remodelado y acondicionado para cumplir su nueva función.
En el edificio principal se encuentran dos grandes áreas de exhibición permanentes. El recorrido empieza en la planta alta en donde se relata la historia del valle, desde el momento en que los primeros humanos dejan su huella. El valle de sula es considerado por los arqueólogos como una zona intermedia que recibió numerosos influencias. Del noroeste viene la herencia mesoamericana, del sur de las culturas andinas y sudamericanas, del noreste la de los grupos caribes. Todas esas tradiciones se traslapan en nuestra área de estudio, produciendo interesantes resultados.
No tenemos evidencia lingüística que permitan definir con seguridad quienes fueron los primeros habitantes del valle. Lo más probable es que se trate de grupos payas y jicaques que, aunque desarrollaron cultura propia mantenían estrecha relación principalmente religiosa y comercial con los mayas del sureste.
Para explicar el desarrollo cultural la colección arqueológica se organizo en cuatro conjuntos. La primera sala nos habla del medio ambiente, de las plantas, animales y minerales que los grupos seminomadas dedicados a la casa la pesca y la recolección pudieron aprovechar. En el valle rico en vegetación tropical, abundaban los cusucos, los tacuazines, las iguanas, los monos, gran variedad de pájaros y culebras, que no solo sirvieron de alimentación sino también de inspiración a los artistas que los usaban de modelos para decorar vasijas y elaborar cellos y silbatos.
Dos grandes ríos, el Chamelecón y el Ulúa recorren el valle y lo comunican con el atlántico. El mar los ríos y los arroyos aportaron peces y moluscos cuya carne sirvió de alimento mientras que con sus conchas y caracoles se hicieron adornos utensilios hasta instrumentos musicales. En cuanto a los minerales, con pedernal, jade, jadeíta y obsidiana se fabricaron instrumentos que servirían como herramienta para el trabajo diario, pero también como armas de guerra.
El 25 de Enero de 1994 abrió sus puertas al público en museo de antropología e historia de San Pedro Sula, un museo regional privado y activo que intenta dar una idea del desarrollo cultural logrado por los diferentes grupos que han vivido en el valle atreves de los tiempos. El museo fue concebido por el centro de estudio precolombino e histórico de honduras, sociedad civil sin fines de lucro, que con la ayuda de numerosas personas, instituciones y empresas lograron organizarlo y darle vida.
ResponderEliminarDesde su inauracion hasta el momento el museo ha venido cumpliendo sus metas, entre ellas las de proteger el patrimonio nacional, educar y divulgar la cultura, fomentar la investigación, crear y reforzar una identidad cultural.
El museo se ubica en un edificio construido en 1952 por el arquitecto Héctor Bustillo Oliva, que durante años fue sede de la escuela Francisco Morazán, actualmente remodelado y acondicionado para cumplir su nueva función.
En el edificio principal se encuentran dos grandes áreas de exhibición permanentes. El recorrido empieza en la planta alta en donde se relata la historia del valle, desde el momento en que los primeros humanos dejan su huella. El valle de sula es considerado por los arqueólogos como una zona intermedia que recibió numerosos influencias. Del noroeste viene la herencia mesoamericana, del sur de las culturas andinas y sudamericanas, del noreste la de los grupos caribes. Todas esas tradiciones se traslapan en nuestra área de estudio, produciendo interesantes resultados.
No tenemos evidencia lingüística que permitan definir con seguridad quienes fueron los primeros habitantes del valle. Lo más probable es que se trate de grupos payas y jicaques que, aunque desarrollaron cultura propia mantenían estrecha relación principalmente religiosa y comercial con los mayas del sureste.
Para explicar el desarrollo cultural la colección arqueológica se organizo en cuatro conjuntos. La primera sala nos habla del medio ambiente, de las plantas, animales y minerales que los grupos seminomadas dedicados a la casa la pesca y la recolección pudieron aprovechar. En el valle rico en vegetación tropical, abundaban los cusucos, los tacuazines, las iguanas, los monos, gran variedad de pájaros y culebras, que no solo sirvieron de alimentación sino también de inspiración a los artistas que los usaban de modelos para decorar vasijas y elaborar cellos y silbatos.
Dos grandes ríos, el Chamelecón y el Ulúa recorren el valle y lo comunican con el atlántico. El mar los ríos y los arroyos aportaron peces y moluscos cuya carne sirvió de alimento mientras que con sus conchas y caracoles se hicieron adornos utensilios hasta instrumentos musicales.
En cuanto a los minerales, con pedernal, jade, jadeíta y obsidiana se fabricaron instrumentos que servirían como herramienta para el trabajo diario, pero también como armas de guerra.